viernes, 14 de junio de 2013
Alimentos, agua y energía, los grandes retos ambientales para las próximas décadas
El planeta va a cambiar en las próximas décadas como nuca lo ha hecho en toda su historia. Los problemas medioambientales, con el cambio climático a la cabeza, y el continuo aumento de la población, que llegará a superar los 8.000 millones de personas en 2030, supondrán que más gente se traslade a las ciudades y que las zonas urbanas crezcan.
Todo ello, producirá un aumento de la demanda de alimentos, de agua y de energía, en un 35, 40 y 50% respectivamente en 2030. En definitiva, los recursos naturales serán cada vez más valiosos por escasos. La humanidad tiene que enfrentarse a este problema preparándose sin más demora.
La escasez de estos recursos básicos (alimentos, agua y energía) junto al agravamiento del cambio climático pueden producir una peligrosa inestabilidad política y social.
En cuanto a la energía, se está dando un cambio de paradigma, pasando del carbón al petróleo y al gas no convencional, obtenido con técnicas que dañan el medio ambiente como la fractura hidráulica. La producción de gas de esquisto en Estados Unidos ha aumentado por doce en la última década. China, Argentina, India y otros países tiene reservas significativas que explotarán en los próximos años.
Es cierto que el gas natural emite, aproximadamente, la mitad del dióxido de carbono que la quema de carbón y, en ese sentido, contribuye menos al calentamiento global. Pero presenta otros problemas ambientales y es un peligro para la salud humana. El camino es apostar por lasrenovables y no cambiar de la peor opción (el carbón) a una que sigue siendo perjudicial.
Producir alimentos sin dañar el medio ambiente
El otro gran reto es la producción de alimentos. La agricultura supone ya alrededor del 29% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y el 70% del uso del agua, así como el 38% de los suelos terrestres. No es un sistema sostenible. Hay que producir suficientes alimentos para todos de una forma respetuosa con los ecosistemas y sin contribuir al cambio climático.
Se deben llevar a cabo varias iniciativas, como disminuir los alimentos que acaban en la basura (Estados Unidos desperdicia el 40% de sus alimentos), producir alimentos en tierras degradadas y revisar la política sobre biocombustibles para que no compitan con esta producción de alimentos.
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